La televisión del futuro ya está en el presente.
Estás viendo tu película de acción favorita. De repente, el protagonista de la película se ve envuelto en una batalla campal dentro de un autobús. Las luces de tu alrededor comienzan a parpadear, tu sillón se mueve y empieza a vibrar. El autobús choca, sientes un impacto y aparece humo por toda la habitación.
Una nueva forma de vivir la televisión llega a nosotros. La televisión inmersiva, que así se llama este nuevo invento, permite al usuario introducirse de lleno con la película, serie o programa que está visionando en ese momento mediante diferentes técnicas sensoriales que simulen lo más parecido posible a las sensaciones que viven los protagonistas de la historia.
En el mundo tan cambiante en el que vivimos actualmente (sobre todo en el ámbito tecnológico) es necesario, incluso obligatorio, la renovación y la continua actualización de las diferentes formas de consumo a las que estamos expuestos. Entre ellos se encuentran los diferentes medios de comunicación que nos envuelven día a día y como madre de todos ellos, la televisión. En esta época de crisis y cambios, hasta la televisión necesita reinventarse urgentemente y que mejor forma de hacerlo que llevar al espectador hacia una experiencia multisensorial donde se conjuga la realidad aumentada, la realidad virtual, distintas pantallas e incluso olores y movimiento. Este nuevo sector, todavía desconocido para los consumidores actuales, pretende ser un pilar fundamental en el mercado futuro, donde las casas inteligentes y las nuevas formas de negocio estén a nuestro alcance.
Myles McGovern, presidente y CEO de Inmersive Ventures, compañía que lanzó en 2004 el primer sistema de vídeo en 360º de alta definición y responsable Google Street View, apuesta por esta iniciativa de la que ya podemos disfrutar (aunque en dimensiones más reducidas) y por sus aplicaciones, no solo en los ámbitos publicitarios y de entretenimiento, sino en otras más científicas como el desarrollo educativo o la curación del estrés postraumático.
Solo es cuestión de tiempo que esta nueva tecnología llegue a nuestras casas por un precio más o menos asequible y con ella, una nueva forma de ver el mundo tanto dentro como fuera de nuestro salón.